Nuestras células, tejidos y órganos se expresan a través de ondas electromagnéticas y cuando se alteran por alguna interferencia - causada por ejemplo por contacto con microorganismos, productos tóxicos, una alimentación errónea y carente de nutrientes o un mantenido nivel de estrés - se desequilibran alterando así la homeostasis o capacidad de autorregulación del cuerpo, pudiendo provocar la aparación de enfermedades.
La Biorresonancia permite detectar las ondas electromagnéticas alteradas para reprogramarlas de nuevo, logrando separar y clasificar las ondas en armónicas y disarmónicas, permitiendo potenciar el efecto de las primeras y neutralizar las ondas patológicas.